Gente del Partido Acción Ciudadana, Frente Amplio, Unidad Socialcristiana, Movimiento Libertario y Renovación Costarricense, así como personas representantes de acueductos comunales, asociaciones de desarrollo, pueblos indígenas y otras organizaciones se dieron cita la mañana de este domingo.
La agenda
Parafraseando un diputado del PASE sobre las diferencias que había entre los dedos de la mano pero que juntos hacían un puño fuerte y compacto, las exposiciones giraron en torno a la construcción de una coalición nacional de cara a las elecciones del 2014. Se recordó, incluso las experiencias exitosas de algunos cantones donde se tiene el Concejo municipal, la Alianza por Costa Rica realizada en el congreso el pasado 1* de mayo y los procesos históricos de los últimos 60 años donde se ha demostrado que la unión hace la fuerza cuando la democracia costarricense está en peligro.
Alianza... ¿para qué?
Una insana práctica de perpetuación en el poder por parte del Partido Liberación Naciona; una constante insistencia en eliminar la división de poderes, base de nuestro sistema demócrata republicano y los atentados contra la institucionalidad fueron parte de las discusiones.
El abandono absoluto a su suerte del aparto productivo costarricense, sobre todo en tiempo de crisis, donde sobresalió el sector turístico, los frijoleros y otros, para favorecer intereses foráneos.
El desmantelamiento de nuestro Estado Social de Derecho en instituciones como la CCSS, puertos, la educación pública, el modelo eléctrico, sumado a un modelo de desarrollo socioambientalmente insostenible , fueron parte de los argumentos para unirnos para salvar nuestro país, de un rumbo que lleva al despeñadero del cual la mayoría de los países del mundo están devolviéndose.
Una alianza, como en diversas voces se ha escuchado, tiene sentido en el tanto logremos construir sentidos comunes y definir un sur para nuestro país, donde todas y todos los actores que la integren se comprometan de manera absoluta.
Una alianza para derrotar al PLN no tiene sentido, mientras creamos que el problema es el partido y sus prácticas corruptas y no sus ideas, es decir, no tiene sentido derrotar un partido para seguir haciendo lo mismo pero con personas honestas.
¿Será fácil?
No, no será fácil, hay actores que políticamente son afines a los planteamiento del partido en poder y la amplia gama ideológica de las personas aquí representadas no es menospreciable; sin embargo, la emergencia social, económica, cultural, democrática y ambiental de nuestro país amerita mucho compromiso consecuente y juicioso, y un paso adelante en la construcción de otro país, la responsabilidad histórica de evitar que nuestro país termine de irse al despeñadero está en nuestras manos y requiere una fuerte dosis de apertura al diálogo, madurez y desprendimiento, no solamente de partidos si no también de movimientos sociales.
Iniciar ya con una construcción desde las bases, será la mejor forma de lograrlo.
