lunes, 12 de noviembre de 2012

El sentido de la Navidad es el amor, no el consumo

Se acercan fechas que para muchas personas son especiales como lo es la celebración de la Navidad, para las personas cristianas tiene un significado único que llena de esperanza sus corazones.
Celebramos el nacimiento del esperado Mesías, Salvador del Mundo que vino a la Tierra para dar su vida por el perdón de nuestros pecados y que las personas que siguieran su camino aseguraran la vida eterna.
Según la fe cristiana, nació en un pesebre, no en un palacio como cualquier hijo de un rey... nació entre un buey y una mula, no entre joyas, luces y festines... a lo largo de su vida fue ejemplo de austeridad y sencillez.
Siendo así, la pregunta que muchas personas nos hacemos cada año es: ¿En qué momento desvirtuamos el mensaje de humildad y sencillez de la Navidad? ¿En qué momento lo convertimos en época de despilfarro de todo tipo y de consumismo desmesurado?

Preocupa sobre todo en términos ambientales, porque es el mes de diciembre, el que usa el gobierno como base para hacer sus proyecciones de consumo eléctrico, a la fecha, diciembre del 2009 fue la partida para formular el Plan de Expansión de la Generación Eléctrica 2010-2021.
Desde dicho pan justifican: primero que se va a duplicar el consumo eléctrico al año 2020, y en ningún lado se encuentran pretensiones de regular o desincentivar su consumo, si no, satisfacerlo porque sí; segundo la apertura del sector eléctrico y el desmantelamiento de nuestro modelo solidario; tercero, esta apertura lleva una propuesta de explotación del 100% nuestro potencial eléctrico, incluso para exportación.
Me parece que estos datos deberían llamarnos a una reflexión, más allá de nuestra fe, en torno al ambiente, no solamente en el tema eléctrico si no también a todo el consumo que hacemos en nuestras casas con papeles de regalo, adornos que se cambian todos los años, modas y cosas "particulares" como los árboles de Navidad innombrables...
¿Es posible?, claro que es posible, veamos el ejemplo La Vola  en Manlleu, España que puso reflectores en lugar de luces, de manera tal que la ciudad se veía adornada sin necesidad de consumo adicional de energía.
Por otro lado las alternativas a los envoltorios, sea reutilizando papeles de años anteriores, envolver regalos con materiales naturales o con papel de reciclaje (periódicos, guías telefónicas, etc). En próximas entregas compartiré ideas para ello :)
Finalmente, una reflexión importante, porque sé que algunos podrán pensar que soy una aguafiestas, por la ilusión que representa todos los adornos, desenvolver los regalos y esas actividades Navideñas: ¿Estamos tan vacíos que no podemos ilusionar a nuestros hijos con actividades que les enseñen valores como la solidaridad? ¿Por qué en vez de gastar miles de colones en regalos, electricidad y más y más consumo... mejor nos damos una escapadita para compartir la Navidad y su significado con las personas que no tienen esperanza como hacen los vecinos y vecinas de Santa Rosa que van a regalarle una fiesta de Navidad a más de 200 personas pobres que viven en la frontera?
Sí, sé que son muchas preguntas, pero me gustaría que cuando menos se lo cuestionaran, es un paso adelante en el rescate del verdadero significado de la Navidad.